En la podología geriátrica, donde los problemas para calzarse o para llevar una marcha estable, acusados con las anomalias típicas de la edad, es donde la quiropodia y la exploración del pie riesgo es más común y realmente ayuda mucho al bienestar de nuestros mayores.
En el pie geriátrico existe una pérdida de tejido adiposo y una mayor deshidratación. Estos dos factores hacen que sea más fácil la aparición de lesiones en los pies.
Además, en un número importante de pacientes nos encontramos con enfermedades crónicas que añaden más riesgo a esta situación (diabetes, artrosis, artritis, etc).
Son aconsejables los cuidados periódicos por el podólogo:
- Deslaminación de callosidades y durezas
- Valoración de la hidratación
- Corte y fresado de uñas,
- Valoración del riego sanguíneo
- Valoración de zonas de hiperpresión
- Prevenir ulceraciones, etc